martes, 9 de agosto de 2016

dio$ y calatas

En nuestro país mayoritariamente católico en cada puesto de periódico se muestran en primerísimos planos nalgas y tetas, evidencia de que convivimos con la doble moral. Desde discursos moralistas se niega el placer erótico, pero al mismo tiempo La Empresa instrumentaliza el cuerpo de las mujeres para hacer negocio. 

Se cosifica diariamente a las mujeres, y, al hacerlo naturalizan su subordinación, fomentan el irrespeto hacia ellas. Y “normal”. 
¿Escandalizarnos por el feminicidio?, sí, pero además: escandalicémonos de nuestra doble moral colectiva.

Selección de mi producción artística con el tema “sexo e hipocresía moral”:













































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